La Selección Española ha vuelto a hacer historia. En un nuevo récord de asistencia en Sevilla, el combinado español ha superado a Francia y se ha impuesto en el marcador, sellando de esta manera una semana mágica e histórica para las campeonas del mundo.
¿Otra vez? Sí, otra vez. La Selección Española, haciendo un gran alarde de equipo, se ha proclamado campeona de la Women’s Nations League. Una Francia sin ideas no fue rival para las campeonas del mundo, que aprovecharon el buen ambiente en las gradas para crear la poción perfecta y apenas generar ningún atisbo de duda en que el título se quedaba en España.
Una primera parte de ensueño
Las de Montse Tomé estaban ante una cita histórica para seguir aumentando el palmarés. Un ambiente insuperable impulsó a las jugadoras desde el comienzo del encuentro, siendo Athenea una de las más desequilibrantes. En una primera parte donde dominó el control, destacó una Aitana Bonmatí soberana en el centro del campo de la Selección. Sin embargo, a pesar de algunos acercamientos, no se conseguía penetrar el área gala con cierto peligro.
Todo eso cambió cuando Olga Carmona, a la media hora de encuentro, le daba en bandeja a Aitana el primer gol del partido. La lateral, natural de la barriada de Sevilla Este, continúa acumulando participaciones en finales, tras haber sido la encargada de abrir la lata en la final del Mundial y de brindar uno en esta ocasión. El gol animó al equipo que siguió buscando la portería pero, finalmente, se marcharon a vestuarios por delante las españolas.
Control y cabeza en la segunda
En la segunda parte del encuentro se premió el mantener la ventaja. Algunos acercamientos de Francia no hicieron decaer a las jugadoras, que mantuvieron el guion del encuentro. De hecho, encontraron una rápida recompensa con el gol de Mariona, que terminó de destrozar al país vecino. Ese hecho provocó una vuelta a la igualdad inicial, sin apenas pasar estragos en defensa y plantándose bien en zonas ofensivas.
La grada era una fiesta y eso se reflejó en el campo, donde ya se respiraba un ambiente de campeonato. Bajo ciertos oles en la grada de Sevilla, las de Montse Tomé supieron leer el partido y dejaron a un Renard sin alternancias en el juego. Finalmente, España confirmó de nuevo a la generación dorada y se volvieron a proclamar campeonas, esta vez de la Women’s Nations League.
