El Cartuja Center fue el escenario de otra exhibición de los hermanos Cadaval, que siguen provocando risas y alegría en la que siempre fue su tierra, Sevilla. Más de dos horas de espectáculo permitieron gozar de esa magia que solamente los Morancos impregnan a sus espectáculos, recurriendo a viejos «actores» de sus shows como la Antonia y la Omaita.
¿Cómo era el mundo hace 45 años? España seguía en uno de los momentos más importante de su historia, como fue la Transición y la posterior democratización. A todo ello, hay que sumarle que Adolfo Suárez era el presidente del Gobierno y, no muy lejano en el tiempo, se aprobó la Constitución que marcó un antes y un después en la historia de nuestro país. Pues, aunque parezcan tiempos pasados, es necesario remontarse a esos años para ver el inicio de este dúo cómico sevillano que sigue haciendo reír allá donde va. Ni el rey emérito ni la propia monarquía inglesa se quisieron perder el espectáculo lleno de risas y reivindicaciones sociales.
Una misión en Sevilla: liberar a Los Morancos
Si algo caracteriza a César y a Jorge es la poca vergüenza, en el buen sentido de la palabra, para adentrarse en el complejo panorama que vive nuestro país, centrándose en el apartado político. En una misión al más puro estilo «Misión Imposible», Antonia y Omaita solo tenían un objetivo, salvar de la cárcel a Los Morancos, que se habían visto envueltos en la nueva Ley Mostaza. Para ello, recorrieron viento y marea y no dudaron de utilizar todos sus contactos con tal de conseguir la tan ansiada liberación.
Partiendo desde el rey emérito hasta el propio Puigdemont, el que todo lo consigue, se orquestó un plan que tuvo la intermediación también de la monarquía inglesa e incluso del alcalde madrileño José Luis Almeida. Ninguno de estos personajes querían ver a los sevillanos entre rejas, siendo este espectáculo una muestra de lo mucho que se necesita a esta pareja en nuestro país.
El alma reivindicativa de siempre
Al comienzo del artículo, se hizo referencia a esos 45 años que cumplía el dúo de Triana. Y es que 45 años han dado para que haya cambios a favor, aunque se está en una época donde, como la propia Antonia dijo, «están las cabezas fatal». Siempre se ha reconocido la alta involucración social de Los Morancos, siendo uno de los principales el movimiento gay, que también tendrá su protagonismo en la obra. Sin embargo, los problemas siguen existiendo, algunos con mayor gravedad que otros.
Bromas aparte con la subida de los precios, de la voz de César Cadaval llegó su defensa por la igualdad y por la tercera edad. Haciendo su separación entre la risa y la seriedad, supo conjuntar a las mil maravillas para que el mensaje calase en el público presente en el Cartuja Center y se pudiese disfrutar de una magnífica velada que de ellos siempre se augura.
